Es materialmente imposible poder abarcar todas las acciones, divisas, materias primas e índices de todos los países y en todos los plazos temporales por lo que tenemos que elegir previamente qué activos vamos a analizar, dentro del amplio abanico de posibilidades.
Además, nuestro dinero, como el de todo el mundo, es limitado y es por ello que entre todos los activos analizados debemos seleccionar los que nos den las señales más fiables. Cada trader tiene o debería tener unos filtros en su sistema, que son los que determinan si se debe entrar o no en una operación.
Por ejemplo, en mi operativa utilizo la media de 200 sesiones, RSI, figuras chartistas, soportes , resistencias y relación beneficio/riesgo. En mi entrada perfecta (para largos) el precio estaría con un RSI en sobreventa, con doble suelo claro activado, sin perder el 61,8% Fibonacci de la subida y dejando una vela con sombra inferior alargada sobre media de 200 sesiones. Si se da este caso, no tengo duda alguna en abrir largos. Podré puntualmente estar equivocado pero sé que a la larga abrir este tipo de operaciones me va a dar dinero.
Lamentablemente, no siempre vamos a tener operaciones tan claras y a la carta por lo que debemos definir unos parámetros mínimos que se deben cumplir para entrar a mercado. A partir de ahí podremos ponderar el importe arriesgado según la fiabilidad de la operación. Siempre, claro está, dentro de una gestión del riesgo razonable.
La virtud suele estar en el término medio y, en la selección de operaciones, mi opinión es que lo ideal no es ni sobreoperar ni estar buscando la «operación mágica» que nos vaya a sacar de pobres. Se trataría de rastrear posibles operaciones que cumplan los mínimos, seleccionar las más fiables, gestionar el riesgo y no estar obligados a operar por operar. Si tenemos que pecar de algo, es preferible dejar de ganar dinero que perderlo.
Un saludo a tod@s
Daniel Pernas